AmonRa, un nombre que evoca al Despertar del Corazón a través del Amor, una esencia que ha guiado mi camino a lo largo de múltiples vidas. Desde tiempos inmemoriales, el arte del tacto ha sido mi más fiel compañero, una danza sagrada entre el cuerpo, la energía y el alma. En cada encarnación, he sentido que mis manos han sido una extensión de mi ser, un puente entre lo visible y lo invisible, un canal a través del cual fluye la energía sanadora del universo.
Mi camino comenzó con el profundo conocimiento de las terapias manuales, explorando los misterios que se esconden en el contacto consciente. Sentía, desde lo más profundo de mi ser, que mis manos eran portadoras de sanación, de conexión, de transformación. Cada encuentro con el otro era un diálogo silencioso, un viaje hacia el equilibrio y la armonía. Las manos no solo tocan la piel, sino que despiertan memorias, desbloquean emociones y permiten que la energía vital circule libremente.
Hace cuatro años, mi sendero se cruzó con el de Anand Rudra, y junto a él descubrí un universo aún más vasto y sutil: el de los masajes tántricos ancestrales. En su enseñanza encontré no solo técnicas, sino una filosofía de vida que nutre el alma y despierta el espíritu. Aprendí que el tacto es un portal hacia lo divino, una herramienta para expandir la conciencia y liberar bloqueos emocionales y energéticos. El Tantra me mostró que el cuerpo es sagrado, un templo en el que habita la esencia de lo eterno, y que a través del masaje se pueden trascender las barreras de la mente y sumergirse en un estado de plenitud y conexión absoluta.
Hoy, mi misión es compartir esta sabiduría, guiando a quienes buscan una experiencia de reconexión profunda con su esencia. A través del masaje tántrico, invito a cada ser a entregarse a la energía del amor y la presencia, a descubrirse en el éxtasis de la entrega y el despertar de los sentidos. Es un viaje hacia el interior, donde se desvanecen los miedos, donde la energía kundalini puede ascender y revelar la verdadera naturaleza del ser. Cada sesión es una oportunidad para renacer, para liberar lo que pesa y abrazar el flujo natural del placer y la vida.